Maravillosa... simplemente maravillosa.
Para mi era la película y la actriz (Naomi Watts) de los Óscar de 2012.
Antes de nada. Recordáis cuando salía por las noticias o en el periódico que habían ambulancias para llevarse a gente que se desmayaba, y seguramente pensabais "pues vaya chorrada", o "mira lo que se sacan ahora de la manga los periodistas para vender", o "no será para tanto", pues eso es lo que yo pensaba hasta que fui a verla al cine... Aquí tenéis a una que se desmayó... Sí... me impactó tanto que por lo visto no pude soportarlo. La cosa fue así [spoilers]: en el momento en que la protagonista sale del agua se ve como medio gemelo de una pierna está desgarrado, aquí es cuando me coge la ansiedad. Luego se ve como el hijo empuja a la madre a subirse a un árbol, aquí es cuando ya me desmayo. Me metí tanto en el papel de la protagonista que sufría como si ella fuera yo. La verdad es que el director (Juan Antonio Bayona) es muy inteligente a la hora de mostrar los momentos de heridas, lo hace de forma que te da una imagen rápida de lo que sucede, pero no se recrea, entonces tu cerebro se imagina el resto, y eso es peor, en cambio si te lo dan todo hecho (como en una película de terror) el efecto es mucho menor, porque el cerebro trabaja menos.
Sinopsis:
Diciembre del año 2004. María (Naomi Watts), Henry (Ewan McGregor) y sus tres hijos pequeños vuelan desde Japón a Tailandia para pasar sus vacaciones de Navidad descansando en la playa. Una mañana, mientras se encuentran todos en la piscina del complejo a orillas del mar, un tremendo tsunami destroza el hotel al mismo tiempo que gran parte de la costa del sudeste asiático. Las vidas de millones de personas cambiaron para siempre. Esta es la historia de esta familia...
Puntuación: 10
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